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viernes, junio 26, 2009

Adios a Michael Jackson: el ídolo de mi infancia


Adios a Michael Jackson: el ídolo de mi infancia

Por Juan Paulo Roldán

Se murió Michael Jackson a los 50 años. A semanas de volver a los escenarios en Londres y con este hecho se marca el fin de una época musical, marcada por los sintetizadores, las baterías programadas, los pasos de baile sincopados y una voz aguda, que nunca tuvo competidores.

Ya a los seis años marcaba un estilo de cantar y bailar en la disquera Motown, desde donde salieron talentos como Stevie Wonder o Lionel Ritchie. Muchos años después se juntarían para cantar por los niños de África.

Conversando con mi esposa, tenemos la imagen de un cantante que nunca iba a llegar a viejo, pues siempre fue niño, como una especie de Peter Pan, que se negaba a crecer, a asumir responsabilidades, a llevar bien las cuentas o a usar una corbata ceñida al cuello. Su paraíso Neverland fue una muestra de esa forma de vida. Como todo Rey, tenía que morir de manera sorpresiva, le pasó a Elvis, también a Lennon, a Cobain y porqué no también a Michael.

Jackson era un torbellino de baile, de talento, de angel y de olfato musical, que con sus canciones marcó una época. Qué sería de la industria musical sin sus alegres melodías, sus pasos inconfundibles y su pirotecnia en el escenario, un ejemplo para la música elaborada en Estados Unidos para el mundo.

Fue pionero en la década de los 70, pero en los 80 llegó lejos con su disco Thriller, el más vendido en la historia. Compró las canciones de los Beatles y de paso se peleó con Paul McCartney, pero eso no fue un impedimento para ser la voz de una década y transformarse en un referente para muchas generaciones.

Su música será eterna y aunque se extrañará sobre los escenarios, nadie podrá decir que en esos 50 años, Jackson fue mezquino porque comenzó a trabajar desde muy pequeño, cuando se transformó en la principal esperanza de la familia para salir de la pobreza.

Aún recuerdo cuando daban los especiales de sus videos en la TV y junto a mi familia, nos quedábamos viendo las caras que cambiaban en el final de Black or White, los muertos que bailaban en Thriller o los faraones que transformaron a Egipto en una pista de baile en Remember The Time.

Fue un pionero en su época y como le sucede a muchos genios, durante el último tiempo, se demoró mucho en grabar sus discos, situación que lo dejó lejos de la vanguardia musical.

Thriller y Off The Wall son sus mejores discos, pero su herencia musical es incalculable. Una pena para los fanáticos, pero su aporte permanece intacto entre quienes disfrutamos cada uno de sus éxitos y sus extraordinarios pasos de baile.