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martes, enero 06, 2009

Adios a las disquerías de Viña


Por Juan Paulo Roldán

Somos una especie en extinción, lo reconozco. Ya no somos tantos los que vamos a las disquerías a revisar los estantes y ver las carátulas de los álbumes, donde llamaban la atención los colores, el tamaño de las letras o las imágenes cargadas de conceptos, como pequeñas obras de arte que en su interior encerraban un manantial de notas musicales.

Ahora la música se lleva en el computador, en el Ipod, en el celular o en el MP4 y se baja de Internet de manera gratuita o cancelando una cifra exigua: no hay que esperar meses a que lleguen los discos a Chile o tener un tío marino para que lo traiga de Estados Unidos o Europa.

La música se transa fácilmente en la red y se accede incluso a los trabajos de los artistas, antes de que lleguen a las tiendas. Viva la democratización de las canciones, que pueden agruparse u ordenarse de manera libre, sin tener que esperar que los sellos compilen tus propios “greatest hits”.  

Sin embargo, no puedo dejar de lado la nostalgia que encierra la compra de discos en una tienda de música. La reflexión se produjo luego de que cerraran grandes disqueras en pleno centro de la Avenida Valparaíso (algunos se acordarán de la fabulosa Spec de la galería Pleno Centro o la enorme Set Musical al lado del Cine Arte).

Recuerdo a mi tío Marcelo, que viajaba de La Ligua para comprar un vinilo de The Beatles o un concierto de Elton John en el Madison Square Garden.

Esas tardes de verano eran un acontecimiento para nosotros y toda la familia se volcaba a las tiendas a escuchar música, revisar las carátulas de los discos para luego recorrer la calle Valparaíso y comer helado.

Ahora la música se baja o se consume de manera individual con los audífonos y una forma de compartirla en grupo es cantando a viva voz en un karaoke o en el ritual del concierto en vivo, contexto que ha obligado a los artistas a dejar sus mansiones barrocas encargadas con el vecino y retomar la guitarra para cantar en estadios.

Este año fue prodigioso en recitales en Chile y ya hay interesantes conciertos para el 2009. Que cierren las disquerías en Viña, no significa que muera la música o que desaparezcan los discos. Ahora serán material para coleccionistas, así como los cuadros de arte.

La música como fenómeno social no morirá. Es cosa de ver el interés que despierta el show de un salsero en la Quinta Vergara para confirmar que la forma de acceder a ella cambió, pero sigue más vigente que nunca. 

3 Comments:

Blogger Unknown said...

Hola buena tu nota claro que yo puedo recordar tiendas como Casa Amarilla , Punto Rojo , Set Musical , Free Sound

10:43 a. m.  
Blogger Unknown said...

Mi primer disco de U2 lo compre en spec y ahi conoci a un chico que me envio un mnsj pegado en la caha del CD...demore en llamarle y cuanfo lo hice...comenzamos una amistad yo tenia 15 años...lo vi un par de vcs y luego perdí su rastro... trabajaba en los veranos.... tbn hay mas historias tras las disquerias jaja saludos

2:47 a. m.  
Blogger Unknown said...

Sandra Elizabeth: Soy una fan coleccionista, me contó uno de los dueños de una disquera lo mismo, un día que fuí a Viña a ver que honda, y me dice
que ya casi no hay disquerías, me quedé pasmada, y lo último que puedo decir es que no es lo mismo escuchar por internet que tener tu cd donde quieras llevarlo, bendiciones a los comerciantes de música, películas y cine arte mi favorito.

4:40 p. m.  

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