La Cicletada Contra El Mal

Recorriendo las calles de Viña del Mar
Una noche con los Furiosos Ciclistas
Transitar por
Son las 19:30 y de a poco los Furiosos Ciclistas del Gran Valparaíso (FCV) empiezan a llenar la plaza María Luisa Bombal. El pronóstico del tiempo no es muy auspicioso. Mientras algunos regulan los frenos y acomodan la cadena, empiezan a caer las primeras gotas de la noche, pero eso no asusta a los “furiosos” porque los cicleteros son “aperrados”. Vienen preparados para cualquier eventualidad, con parca y gorro. No están ni ahí con la lluvia.
“Lloviendo, nevando, en auto ni cagando”, gritan por el megáfono en pleno centro. La gente circula y se detiene un rato para ver de qué trata la junta. La mayoría de los ciclistas acude disfrazado de diablo, con máscaras y dientes afilados. Ellas, bien maquilladas, con el mejor semblante sacado de una película de terror. La situación es divertida. Esta cicletada no es como la que realizan cada primer martes del mes. Hoy es 6 de junio del 2006, es decir 6 del 6 del 06. Por lo tanto, esta es la “cicletada contra el mal”.
“Hoy espantamos a todos los malos espíritus, los ruidos que contaminan y se esconden en los motores de los autos”, afirma Gabriela Claro, quien es la encargada de comunicaciones. Además de dar las instrucciones por el megáfono, se preocupa de que todos tengan puesto los cachos sobre el casco. Son las 20:15 horas y comienza el trayecto.
Los furiosos ciclistas son sumamente ordenados. En primera fila llevan un lienzo con el símbolo del grupo. Nadie puede pasar ese límite. A los costados van dos ciclistas con señalética fosforescente, quienes durante la cicletada se encargan de que en los cruces peligrosos, se detenga el tránsito para que los miembros del movimiento pedaleen tranquilamente. Al final de la fila, otros dos ciclistas protegen al resto con chalecos reflectantes.
RECORRIDO
A las 20:30 ya estamos en medio de la calle Valparaíso. “Te quedan bien los cachos”, es el comentario más común que recibimos. “Tu también tenís cachos, pero no se te ven”, responde un ciclista, entre medio de las risas y comienzan los gritos: “¿Quiénes son los reyes de la pista?, Movimiento de Furiosos Ciclistas. ¡Alza de la bencina!,,,, jajajajajá.”
Los más amables saludan afectuosamente. Las personas mayores miran con cara de incredulidad, pero en el fondo a muchos les gustaría al menos una vez al mes subirse a la bicicleta y olvidarse de los problemas. La bicicleta es liberadora. Eso nadie lo niega.
“¿Les gustaría pasar una noche en el infierno con estos diablitos?”, le pregunta José Martínez Carvajal a unas transeúntes que se ríen de su llamativa máscara. “Jomarca” como lo conocen al interior del grupo, es el encargado de estrechar lazos interpersonales y a su edad se encuentra en excelente estado físico. En la última corrida familiar desarrollada en
A las 20:35 comienza el trayecto hacia calle Libertad y se producen los primeros roces con la locomoción colectiva. Los payasos aprovechan de hacer una rutina como los sapos de las micros. “Vai a dos y a tres de la
Dos perros se suman a la caravana y por más que tratamos de ahuyentarlos, continúan con nosotros. Sus ladridos contribuyen a crear más ruido y esta vez la gente se detiene en los semáforos a observar a los ciclistas. En 6 Norte un apresurado conductor se ve particularmente enfadado por la congestión que se produce en Libertad. Los “furiosos” ocupan una pista completa y detrás de una micro, aprovecha de desquitarse con la bocina.
“Deja el auto en la casa, gil”, le grita un ciclista. Pero no le responde. A las 20:45 estamos en 15 Norte. Un chofer de micro de la empresa R&R, trata de adelantar a otro que se encuentra al frente del grupo. Al no poder hacerlo por la vía no encuentra nada mejor que subirse a la vereda, en un acto sumamente irresponsable.
“Esto es lo que pasa cuando se saturan las vías. Las personas pierden su centro y tratan por cualquier medio de joderse al resto”, explica Daniel quien ha viajado hasta Olmué en bicicleta. En su casco incluyó un minúsculo espejo retrovisor que utiliza para ver hacia atrás, sobre todo en días con bastante congestión vehicular.
REGRESO
Pasadas las 21:00 llegamos a Von Schroders. En calle Arlegui la congestión es casi tan intensa como la de Libertad o 15 Norte. Nuevamente los chóferes de la locomoción colectiva, hacen encerronas a los ciclistas y algunos les gritan por la ventana. Pero a esta altura del trayecto, ya no importa. La sensación de sentir que una parte de la ciudad es distinta cuando se recorre en bicicleta, pesa más que cualquier epíteto o comentario vulgar.
Una vez en el punto de inicio, los ciclistas van a un local entre Ecuador y Von Schroders a compartir un instante de relajo para así cargar energías. Allí disfrutan de unas ricas chorrillanas y comienzan a planificarse las próximas actividades.
3 Comments:
Doy fe de que la entretenida historia que aquí se cuenta es verídica, que la bicicleta es un excelente medio de transporte y que uno es mucho más feliz transitando sintiendo el viento en la cara, conversando con amigos y sin dañar el medio ambiente.
Invito a los interesado a sumarse al Movimiento Furiosos Ciclistas del Gran Valparaíso (MFC V)www.furiosos.cl/valparaiso
Gabriela Claro
Coordinación Comunicaciones MFC V.
Hola
desde de Quilpué un saludo a todos los que compartieron esta sana actividad
¡Bah! ¿No estaba muerto este blog, entonces...?
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