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martes, febrero 28, 2006

Viña 2006: Un festival de la diversidad


Viña 2006
Un festival de la diversidad

Una vez culminada la XLVII versión del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, nace espontáneamente la siguiente inquietud, ¿qué le va a quedando de festival? Porque si bien este evento nació hace 47 años como una competencia de canciones, poco o nada va quedando de eso.

Como ejemplo, tenemos la voz de alerta que dio la representante chilena del folclore que ganó con “Canción de Agua y Viento”, Elizabeth Morris, quien en plena conferencia de prensa, gaviota en mano, llamó la atención de los periodistas al no dar mayor importancia a las canciones.

Lo mismo ocurre con la competencia internacional, que este año tuvo un nivel mediocre, con canciones dignas de competencia de colegio y hasta con una intérprete que se dio el gusto (mal gusto, mejor dicho) de tirar los zapatos al público y golpear las congas con unas cucharas. El jurado, más encima, le dio el premio de mejor intérprete. Como para no creerlo.

El tema ganador, “Dilo de una vez” (Costa Rica) interpretado por Humberto Vargas, no era el favorito del público y pese a tener calidad en la composición, estaba lejos de “Hoy” (Chile) de Álvaro Véliz, canción que poseía una cadencia más festivalera y destacaba por la agudeza de su arreglo.

A modo de balance, lo que fue y lo que pudo ser Viña 2006, a continuación una breve reseña de lo destacable y lo desechable que dejó el evento.

LO MEJOR

Lo más destacado, la variedad de grupos. Es prácticamente impensado en otro festival, en cualquier país del mundo, contar con Franz Ferdinand y Los Tigres del Norte o con la Sonora Palacios y A-ha. Pero se cumple la expectativa de llegar a distintos públicos y nadie puede decir que este año al festival le fue mal: algunas entradas se agotaron semanas antes de empezar.

Sergio Lagos, le dio nuevos bríos al certamen, aunque por momentos pecó de exceso de naturalidad. Para el bronce quedó su frase cuando despidió a Feliciano, “un artista que lo vio todo y lo sintió todo” y cuando dijo que Ruperto era el artista “más revolucionario del último tiempo”. Demasiado, ¿no?

FRANZ FERDINAND: La banda oriunda de Glasgow, fue un número de primer nivel. Como hacía tiempo no se escuchaba, las guitarras sincronizadas al más puro estilo británico, hicieron vibrar al público joven que inundó la Quinta. Una puesta en escena sólida, un rock bailable con elementos del punk y con algunas cadencias de los años 60, la banda supo manejar los tiempos con maestría y con canciones que pintan para clásicos como “Take Me Out”, “Do You Want To” o “Jacqueline”, demostraron que son una de las bandas de rock más importantes del momento. Lo mejor del Festival.

A-HA: Aunque su vocalista y líder, Morten Harket, ha perdido algo la voz, la presentación de A-ha estuvo notable. Nuevas versiones de clásicos como “Take On Me”, “Crying In The Rain” y “The Sun Always Shine On TV”, fueron una prueba más de la vigencia de esta banda emblemática del pop new-wave de los 80. Arreglos elegantes, simples y bien secuenciados. Una clase musical.

JOSE FELICIANO: Precedido por una conferencia de prensa para el olvido, su actuación fue memorable. Dueño de una técnica impecable en la guitarra, Feliciano demostró en vivo porque su música se mantiene vigente. Una ensalada de estilos, desde el bolero, la bosanova, el blues, el soul y el flamenco, todos interpretados magistralmente. Bailó “reggaeton” y cantó a dúo con Myriam Hernández. Se despidió con una ovación. Impecable.

KANSAS: Una sorpresa fue la llegada imprevista de Kansas, luego que el grupo Journey suspendiera su presentación por la enfermedad de su vocalista. Si bien “Dust in the Wind”, era tal vez la única canción conocida por el público, los asistentes escucharon con respeto a los norteamericanos que se dieron el lujo de ofrecer una hora de rock progresivo de calidad. Destacó el virtuosismo del violinista en “Point of Know Return” y “Carry on Wayeard Son”. Superaron las expectativas.

COCO LEGRAND: Con una rutina que apeló a la realidad del siglo XXI, el humorista realizó una charla sobre la sociedad actual, las brechas generacionales, los medicamentos y las diferencias entre el hombre y la mujer. Con una mirada inteligente desarrolló cada tema y el monstruo domado, escuchaba en silencio como en un café concert. Se llevó dos antorchas y una gaviota.

JUAN LUIS GUERRA: Con una banda excelente, el autor de “Bachata Rosa” se paseó por sus mejores temas. El sonido contagioso del merengue, hizo bailar hasta a los camarógrafos, sin dejar de lado el contenido de sus letras que tratan el costo de la vida o los valores humanos. En palabras del artista, “un merengue para los pies y para la cabeza”.

SIN BANDERA: Poseedores de un éxito arrollador en las radios FM, este grupo ofreció lo mejor de su repertorio con temas como “Que lloro”, “ABC” y “Kilómetros”. Buenas voces y un gran feeling entre sus integrantes son los principales capitales de este dúo, aunque su actuación por momentos se mostró algo plana.

LO PEOR

Las dos grandes bajas de este festival: el sonido y las oberturas. En la transmisión televisiva casi era inaudible la voz de Juan Luis Guerra, en la Quinta se escuchó perfecto. El grupo Illapu, tuvo serios problemas para conectar sus instrumentos y tuvieron que utilizar su talento para salir del impasse. La guitarra eléctrica de Feliciano, casi no se escuchaba.

Las oberturas: a años luz de las presentaciones de Hugo Urrutia, quien integraba a toda la Quinta Vergara, acá se apeló únicamente a la transmisión televisiva, con coreografías sacadas de “El Planeta de los Simios” y con bailarines que parecían invitados de una academia de novatos. Bajo el nivel. Ni los fuegos artificiales, ni los papeles picados, salvaron las presentaciones.

JULIO SABALA: Una rutina añeja y lánguida con artistas como Julio Iglesias y el Puma Rodríguez. Lento en el cambio de vestuario, no le salvaron las bailarinas, y menos el “salvavidas de plomo” de los animadores, que se vieron débiles en el arte de rellenar. Su imitación de Bob Marley y Juan Gabriel, provocaron la sonrisa, pero no sacaron carcajadas. Se fue sin pena ni gloria.

LOS TIGRES DEL NORTE: Más de 33 años de carrera fueron olvidados por el monstruo que entre pifias impidió que la banda mexicana desarrollara su show basado en las rancheras. Una actuación chata, sin quiebres y con algunas desafinaciones considerables, la música tradicional mexicana quedó como “fuera de onda” después de la presentación de A-ha y a la espera de Chancho en Piedra. Mala programación.

NI FRIO NI CALOR

D´HOLMIKERS Y MARTYN CHABRY: Continua la mala costumbre de poner números de “variedades” en el Festival como si fuera Martes 13. Interesante la puesta en escena de los suizos de D´Holmikers, teatrales y acróbatas, pero no para la Quinta. Ambos se fueron sin mucha atención.

JAVIER ESTRADA: El rostro de Canal 13 cantó un par de temas, pero no logró cautivar a la galería. Estuvo a punto de sufrir las pifias después de la actuación de A-ha, pero la estación católica prefirió guardarlo y poner a los Tigres del Norte que sufrieron las consecuencias. Se salvó de una grande.

1 Comments:

Blogger Pablo said...

Juan Pablo, muy interesante tu resumen del festival.
Yo escribí la semana pasada un crónica personal y subjetiva del festival, que fui actualizando diariamente, con foco en la participación de mi hermana Eli Morris, ganadora en el folclore.
Y estoy de acuerdo con ella en que los periodistas debieran tomarle mucha más atención a las canciones.
Saludos, Pablo.

11:31 a. m.  

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