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martes, junio 20, 2006

Entrevista a Rocio Infestas


Rocío Infestas, artista plástica viñamarina radicada en México

“El arte en Chile es demasiado anticuado”

Hace cuatro años que Rocío vive en Chihuahua, capital del estado mexicano que colinda con Estados Unidos, y donde el clima, según indican los informes metereológicos, hoy domingo las temperaturas deben oscilar entre los 22 y 38 grados Celsius y tal vez se aparezcan unas tormentas aisladas. Allí viven más de 700 mil personas y poco se parece a la Viña del Mar natal de Rocío, donde forjó parte de su talante identitario.

“Mi mamá pintaba cuando yo era pequeña y como a los siete años ya pintaba sobre sus cuadros”, nos confiesa esta muchacha de 25 años y agrega que gracias a su madre sólo tuvo una barbie, con la que pudo eludir toda superficialidad. En realidad sus opiniones resultan algo tajantes. Pero parece que su vida se erige como categórica. Su vocación como artista la decide en la adolescencia, al darme cuenta que en el arte se encuentra la manera mas pura de decir las cosas que crees y tienes en tu cabeza”.

Una vez finalizado el colegio, Rocío sintió estudió en la Universidad de Playa Ancha. Más desilusionada de la escena nacional, optó en por radicarse en México. En la capital ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, “donde los profesores cuestionaban todo lo que hacíamos y aprendimos a ver el arte críticamente”, recuerda.

Posteriormente, en la misma ciudad fundó su propia galería de arte “La Estación de Arte Contemporánea” (LEAC) donde junto a otros artistas proponen una mirada del arte desde “el intelecto y el espíritu”. En estos ocho años ya ha montado varias exposiciones. La prensa mexicana ha destacado “Química del Goteo”, realizada en la Casa de la Cultura de UAEM en Tlálpan y “Experimentación”, montaje efectuado en el Instituto Politécnico Nacional, D.F, México.

En Chile, se ha presentado en tres ocasiones, destacando su última exposición “Traducción Natural”, del 2005 en la Sala Viña del Mar de la Corporación Cultural de la Ciudad Jardín, donde ofreció sus cuadros que mezclan elementos del cómic japonés y el expresionismo.

El arte según Rocio

Desarrollo Artístico: Participé el año pasado en “arte joven” (en escultura) y quedé seleccionada, pero no gané. Al ver las obras que quedaron en el catálogo y las que ganaron, me di cuenta que el arte en Chile no está bien. Los culpables son los que eligen a los ganadores, porque confunden a los artistas. Los jurados tienen como un modelo a seguir y por eso me parece que el arte chileno es bastante anticuado.

Desarrollo artístico foráneo: En México, hay artistas jóvenes creando obras muy buenas, también en Brasil y Cuba son muy originales. En Estados Unidos se hace buen trabajo, pero los gringos por su misma personalidad, de que más es mejor, todo lo hacen a costa del dinero, al igual que los europeos. Lo bonito de México y en general de Latinoamérica es que creamos con las manos, es otro pensamiento, mucho más puro, mucho más real.

Sobre su pintura: es materia viva, es por eso que la chorreo, porque así adquiere un significado más, cada cosa que represento, cada gota habla de un momento en especial que al unirse con muchas gotas conforman un mundo, una cara o lo que sea.

Sobre su escultura: algunas hablan de las mujeres de lo feminista y lo machista, criticando las dos partes, como algo superficial y banal, hablo con humor de esto al representarlo en muñequitas coloridas y pequeñas, también tengo unas bombas atómicas, estas se refieren a la dualidad de las cosas, como una cosa tan destructiva puede llegar a ser tan hermosa, también tengo unas cabezas tamaño real las cuales decoro, todo su rostro está lleno de adornitos, sobre exaltando el hecho de la vanidad y la belleza, otra tiene un diseño de los músculos de la cara en colores azules, hablando de lo que se esconde, o de lo que finalmente somos: carne que se muere.

MEMORIAS

¿Qué recuerdos guardas de Viña del Mar?

Un paisaje precioso, relajante con el ruido del mar, poder salir sin un peso y pasarla bien en un bosque frente del mar, con unos amigos, tomando vino. Inigualable Viña del Mar, la recuerdo y extraño mucho.

¿Qué es lo que más extrañas de Chile?

Lo que mas extraño es el mar, tener tan cerca su sonido, la playa, la ciudad pequeña y bonita. Lo que más echo de menos de Chile es su gente, su acento y lo divertido que somos los chilenos.

jueves, junio 08, 2006

La Cicletada Contra El Mal


Recorriendo las calles de Viña del Mar

Una noche con los Furiosos Ciclistas

Transitar por la Ciudad Jardín en dos ruedas se transforma en una experiencia distinta si se realiza en grupo. Más aún, si se hace en medio de la locomoción colectiva y de los “furiosos automovilistas” que salen del trabajo. “Por una ciudad sin congestión… la bicicleta es la solución”. En terreno pudimos comprobar que la idea no es tan alejada.

Son las 19:30 y de a poco los Furiosos Ciclistas del Gran Valparaíso (FCV) empiezan a llenar la plaza María Luisa Bombal. El pronóstico del tiempo no es muy auspicioso. Mientras algunos regulan los frenos y acomodan la cadena, empiezan a caer las primeras gotas de la noche, pero eso no asusta a los “furiosos” porque los cicleteros son “aperrados”. Vienen preparados para cualquier eventualidad, con parca y gorro. No están ni ahí con la lluvia.

“Lloviendo, nevando, en auto ni cagando”, gritan por el megáfono en pleno centro. La gente circula y se detiene un rato para ver de qué trata la junta. La mayoría de los ciclistas acude disfrazado de diablo, con máscaras y dientes afilados. Ellas, bien maquilladas, con el mejor semblante sacado de una película de terror. La situación es divertida. Esta cicletada no es como la que realizan cada primer martes del mes. Hoy es 6 de junio del 2006, es decir 6 del 6 del 06. Por lo tanto, esta es la “cicletada contra el mal”.

“Hoy espantamos a todos los malos espíritus, los ruidos que contaminan y se esconden en los motores de los autos”, afirma Gabriela Claro, quien es la encargada de comunicaciones. Además de dar las instrucciones por el megáfono, se preocupa de que todos tengan puesto los cachos sobre el casco. Son las 20:15 horas y comienza el trayecto.

Los furiosos ciclistas son sumamente ordenados. En primera fila llevan un lienzo con el símbolo del grupo. Nadie puede pasar ese límite. A los costados van dos ciclistas con señalética fosforescente, quienes durante la cicletada se encargan de que en los cruces peligrosos, se detenga el tránsito para que los miembros del movimiento pedaleen tranquilamente. Al final de la fila, otros dos ciclistas protegen al resto con chalecos reflectantes.

RECORRIDO

A las 20:30 ya estamos en medio de la calle Valparaíso. “Te quedan bien los cachos”, es el comentario más común que recibimos. “Tu también tenís cachos, pero no se te ven”, responde un ciclista, entre medio de las risas y comienzan los gritos: “¿Quiénes son los reyes de la pista?, Movimiento de Furiosos Ciclistas. ¡Alza de la bencina!,,,, jajajajajá.”

Los más amables saludan afectuosamente. Las personas mayores miran con cara de incredulidad, pero en el fondo a muchos les gustaría al menos una vez al mes subirse a la bicicleta y olvidarse de los problemas. La bicicleta es liberadora. Eso nadie lo niega.

“¿Les gustaría pasar una noche en el infierno con estos diablitos?”, le pregunta José Martínez Carvajal a unas transeúntes que se ríen de su llamativa máscara. “Jomarca” como lo conocen al interior del grupo, es el encargado de estrechar lazos interpersonales y a su edad se encuentra en excelente estado físico. En la última corrida familiar desarrollada en la Ciudad Jardín se fotografió junto a Erika Olivera.

A las 20:35 comienza el trayecto hacia calle Libertad y se producen los primeros roces con la locomoción colectiva. Los payasos aprovechan de hacer una rutina como los sapos de las micros. “Vai a dos y a tres de la 124”. Nuevamente las risas, pero el grupo se mantiene ordenado tratando de llegar al mall de 15 Norte. Ya están acostumbrados a los comentarios.

Dos perros se suman a la caravana y por más que tratamos de ahuyentarlos, continúan con nosotros. Sus ladridos contribuyen a crear más ruido y esta vez la gente se detiene en los semáforos a observar a los ciclistas. En 6 Norte un apresurado conductor se ve particularmente enfadado por la congestión que se produce en Libertad. Los “furiosos” ocupan una pista completa y detrás de una micro, aprovecha de desquitarse con la bocina.

“Deja el auto en la casa, gil”, le grita un ciclista. Pero no le responde. A las 20:45 estamos en 15 Norte. Un chofer de micro de la empresa R&R, trata de adelantar a otro que se encuentra al frente del grupo. Al no poder hacerlo por la vía no encuentra nada mejor que subirse a la vereda, en un acto sumamente irresponsable.

“Esto es lo que pasa cuando se saturan las vías. Las personas pierden su centro y tratan por cualquier medio de joderse al resto”, explica Daniel quien ha viajado hasta Olmué en bicicleta. En su casco incluyó un minúsculo espejo retrovisor que utiliza para ver hacia atrás, sobre todo en días con bastante congestión vehicular.

REGRESO

Pasadas las 21:00 llegamos a Von Schroders. En calle Arlegui la congestión es casi tan intensa como la de Libertad o 15 Norte. Nuevamente los chóferes de la locomoción colectiva, hacen encerronas a los ciclistas y algunos les gritan por la ventana. Pero a esta altura del trayecto, ya no importa. La sensación de sentir que una parte de la ciudad es distinta cuando se recorre en bicicleta, pesa más que cualquier epíteto o comentario vulgar.

Una vez en el punto de inicio, los ciclistas van a un local entre Ecuador y Von Schroders a compartir un instante de relajo para así cargar energías. Allí disfrutan de unas ricas chorrillanas y comienzan a planificarse las próximas actividades.

En lo personal, puedo decir que este tipo de actividades es totalmente recomendable, sobre todo después de un largo día de trabajo. La bicicleta no sólo es un sano ejercicio, sino que también favorece la relación entre las personas que habitan en una misma ciudad, pero que la recorren y la viven de manera diferente.