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sábado, marzo 18, 2006

Comentario de Teatro: "Gemelos"


Comentario de Teatro
“Gemelos: genialidad a toda prueba”

Una propuesta innovadora en todo aspecto, desde la utilización del escenario a la caracterización de sus personajes, esta obra que ha recorrido el mundo con un gran éxito comprobó cuáles son los argumentos para continuar en cartelera: magia, imaginación y mucha originalidad.


La obra “Gemelos” de la compañía Ex Troppa es sin lugar a dudas creativa y novedosa. Sus tres actores: Juan Carlos Zagal, Diego Fontecilla y Laura Pizarro aparte de trabajar en los guiones, la escenografía y la musicalización interpretan a varios personajes: los padres, la abuela, los gemelos, el zapatero, el cartero, la amiga de los niños, el cura del pueblo y la policía.

Todo con una maestría poco antes vista en escenarios locales. La presentación, este viernes 17 de marzo ante un Teatro Municipal de Viña colmado de gente, fue una excelente instancia para disfrutar de la magia del teatro, sobre todo luego de un verano saturado de obras sobre la vida en pareja, los problemas matrimoniales y los típicos monólogos con contenido social.

El gran capital de “Gemelos” es su maravillosa capacidad de generar ambientes, transportando al espectador a un mundo imaginario, en ocasiones onírico, donde con elementos simples se recrean múltiples lugares, creando perspectivas cinematográficas que hacen olvidar que estamos frente a una obra de teatro.

Ganadora de todos los premios Altazor en la categoría Teatro en el 2000, “Gemelos” (estrenada en 1999) se ha presentado con éxito en Argentina, Portugal, Francia, México, España, Italia, Holanda y Bélgica. En cada lugar, el montaje ha sido aclamado por la crítica internacional por su magia y creatividad

La historia se basa en la obra literaria “El Gran Cuaderno” de Agata Kristof y narra los periplos de dos hermanos gemelos que son dejados por su madre en la casa de la abuela para no correr los riesgos de morir durante la Segunda Guerra Mundial. La mujer entrada en años, viuda y sola, odia a sus nietos, tratándolos con una serie de sobrenombres que crean una coraza especial entre los niños y el mundo.

En ese contexto de hambre, humillación y dolor, los pequeños hermanos encontrarán las herramientas para sobrevivir y a medida que pasa el tiempo el lazo entre ellos se hace indestructible.

La puesta en escena sorprende por su originalidad de planos y colores. La música, en cambio, funciona como un catalizador de emociones en un montaje que mezcla la crueldad de la guerra con la necesidad de generar vínculos humanos, esto representado en el nexo entre los gemelos y posteriormente con su arisca abuela.

Un montaje inolvidable.

jueves, marzo 16, 2006

La Historia del Rock: capítulo 5


Reciclaje (1977- 1979)

No necesitamos educación

No necesitamos control de pensamiento

Ni oscuro sarcasmo en la sala de clases

Profesor: deja a los chicos tranquilos

Todo es sólo otro ladrillo en la muralla

Tú no eres más que otro ladrillo en la muralla.

(Another Brick In The Wall, Pink Floyd)


A esta etapa se le denomina de reciclaje porque a partir de 1977, se asiste a una reorganización del Rock, donde se vuelve a las raíces del fenómeno, se simplifican las canciones y se regresa a un carácter más contestatario en la lírica de los temas.


Durante la segunda mitad de los setenta, el punk rock de grupos como The Clash o Sex Pistols barrerá con todas las tendencias perfeccionistas del sinfonismo, concretizándolas tanto en la vida real como en el escenario. Su actitud verdaderamente nihilista, expresada por el famoso “No future” (Sin futuro), va mucho más lejos que el inmoralismo de fachada del rock de los cincuenta.


En 1976, la crisis económica, provocada por la subida brutal del precio del petróleo después de la guerra árabe-israelí, representó un fuerte golpe para Occidente. Gran Bretaña que se encontraba en la cúspide de la música rock, ve como se desmorona la industria del automóvil, el sector textil tiene grandes problemas y las industrias ligadas al carbón y a la metalurgia tampoco repuntan. Los precios suben, los sueldos se estancan, el paro se extiende y la vida cotidiana de los británicos ya traumatizada con los atentados del IRA, debe hacer frente a una ola de desesperación colectiva, quedando el fútbol como la única salida.


Como explica Phillipe Paraire, “en otros tiempos estaba el rock para crisitalizar una toma de conciencia, una rebelión, y distraerse un poco. Pero ha muerto. Muerto en todo casi para los jóvenes, que ya no se pueden identificar con millonarios de unos treinta años, que para colmo han fijado su domicilio en el extranjero”. (Paraire, 168)


En las ciudades, en el seno de estos jóvenes sin trabajo y sin la confianza en la educación de antaño, ellos comienzan a utilizar la contestación como una forma de vida. Se ataca con violencia a ese puñado de estrellas que hicieron del rock un fenómeno de élites, impugnando con salvajismo y con textos cargados de contenido social. Así, fue tomando forma al movimiento punk que curiosamente retoma algunos elementos de los orígenes del rock como la chaqueta de cuero, aunque esta vez será mutilada y adaptada a las necesidades de los “punketos”.


El Punk es una vuelta a las raíces del Rock and Roll en lo musical y sus letras vuelven a reflejar la problemática de los adolescentes. El mundo, a los ojos de los punks, es un conjunto de injusticias sociales: hay ricos y pobres, fuertes y débiles, leones y corderos. Nacidos de la crisis, quieren devolver a la sociedad una imagen caricaturesca de lo que produce; cultivarán el look “pobre”, abrigos negros y zapatos de obrero, guitarras baratas, cortes de pelo hechos en casa. Rehusando brutalmente la educación, siempre que puedan criticarán la formación familiar y la enseñanza. El deseo secreto de los punks es hacer pasar vergüenza a la sociedad entera, sirviéndose de su apariencia y comportamiento.


Como agrega Fabio Salas, en su obra “El grito del amor”, “el punk más que un fenómeno musical, es un estado psicosomático nuevo. Es una respuesta límite a un estado limítrofe de la realidad. Al estado de incomunicación, desempleo, incertidumbre, carencia y tedio de mediados de los setenta, el Punk responde con violencia, desafiliación y autodestructividad”. (Salas, 115)


Al respecto, el vocalista de los peores de Chile, Pogo, agrega una mirada localista del fenómeno. “El punkie es básicamente una ironía, una ridiculización al chancho de los valores trascendentales y naturales de la sociedad. Por eso es super punkie agarrar una cueca y tocarla en punk, porque es como coger los valores que ama la gente y destrozárselos”. (Pogo entrevistado por Escárate, 1998, 132)


Los Sex Pistols comienzan la segunda mitad de los 70 con descarnadas letras, “Anarchy in the UK”, “God Save the Queen”, son una muestra más del particular estilo que reflejó el caos de aquellos años, siempre proponiendo el autodominio de la sociedad, como la mejor alternativa para la convivencia, sin medidas de coacción o represión. Ellos plantean una moral rupturista, descomprometida y extrema.


Yo soy un anticristo

Soy un anarquista

No sé lo que quiero

Pero sé como lograrlo

Yo voy a destruir

Porque yo quiero la anarquía[1]


Bob Marley también hace su aparición en esta década. Con un lenguaje simple y directo, defiende los derechos de las grandes mayorías oprimidas y plantea una forma distinta de entender el mundo y la naturaleza. Tomando estos ritmos provenientes de Jamaica, The Police, se fusiona con el rock en un estilo denominado ska.


En 1979, Pink Floyd edita “The Wall”, hito histórico dentro del rock. En aquel disco, que después dio origen a una película de Alan Parker, Roger Waters refleja sus principales temores en un personaje ficticio que vive la pérdida de su padre en la Segunda Guerra Mundial, la represión escolar, la dominación en el hogar y que al final termina construyendo un muro imaginario para apartarse del resto.


En primera instancia, éste es un alegato en contra de las estructuras que tienden a hacer de nosotros individuos programados, receptivos y sumisos; pero también es una reflexión de cómo el Rock tiende a consolidarse como factor de poder, llegando a algunas manifestaciones de fascismo grupal que terminan por desvirtuar el tradicional significado libertario del Rock.



[1] Letra de “Anarchy in the UK”, editada por los Sex Pistols.

domingo, marzo 05, 2006

Don´t Believe The Truth (2005) - Oasis


Comentario de discos
Don´t Believe The Truth (2005) - Oasis

El cuarteto inglés que se presenta el domingo 12 de marzo en el Velódromo del Estado Nacional, viene a promocionar este trabajo que por vez primera se aleja de las típicas armonías “beatles” para respirar aires de los “Stones” y con un abanico musical bastante más amplio.

Según los odiosos hermanos Gallagher este es su mejor disco. Para la prensa británica, “Don´t Believe The Truth” es sin lugar a dudas un renacimiento musical, pues hace 10 años que la banda no se encerraba en un estudio a trabajar con tanta energía, dejando de lado las rencillas entre hermanos, la dependencia de las drogas y las diferencias entre egos, que muchas veces eran más noticiosas que su propia música.

“Don´t Believe The Truth”, es un disco variado con inspiradas melodías y que se mantiene dentro de la senda de los mejores trabajos de Oasis, como “What´s The Story Morning Glory”, “Be Here Now” y “Heathen Chemistry”. La nueva adquisición en batería es Zak Starkey (hijo de Ringo Starr), quien se hizo conocido por reemplazar los redobles del fallecido Keith Moon en The Who y que acá le dio un nuevo aire a las canciones de los Gallagher.

También importante colaboración la del bajista Andy Bell, quien compuso el tema que abre el disco “Turn Up The Sun” y “Keep The Dream Alive”, ambos en el estilo “beatle”, muy en la onda “Abbey Road” que tanto éxito les ha traído. Algunos ya reclaman que los legendarios de Liverpool deberían recibir una compensación económica antes de que Liam y Noel sigan usurpando melodías y sonidos de guitarra de los “Fab Four”.

“Turn Up The Sun” es un tema con claras reminiscencias a otros grupos británicos como Radiohead o Coldplay. Con un marcado riff de guitarra y el nasal registro de Liam, no hay duda de que estamos frente a la fórmula exitosa de Oasis. “Mucky Fingers”, “The Meaning of Soul” y “Lyla”, en cambio suenan mucho más cerca de Jagger y Richards, que de Lennon y McCartney. Acá incorporan un interesante acompañamiento de armónica, en la ruta de los primeros trabajos de los Stones, más cerca del blues que del rock tradicional.

“Love Like a Bomb” y “Guess God Thinks I´m Abel” de Liam aportan con su cuota melancólica, siempre necesaria en un disco más marcado a las guitarras eléctricas y a la potencia que a la reflexión de su lírica.

“The importance of being Idle”, es el mejor aporte de Noel. Con un guiño a la obra de The Kinks y un solo de guitarra ajustado, sin notas extras ni demasiado virtuosismo, esta canción podría perfectamente ser el segundo single a editar.

Sin embargo, lo mejor de este álbum, es “Let There Be Love”, un verdadero himno como a los que nos tienen acostumbrados estos británicos. Cantado a medias por Noel, este tema (con un acertado arreglo de cuerdas) cierra un disco que explora distintas temáticas y que en su sonido está bien elaborado. Un trabajo que suena actual, pero que no deja de lado las raíces de esta banda. Recomendable

“Don´t Believe The Truth” (2005) incluye:

1. Turn Up the Sun
2. Mucky Fingers
3. Lyla
4. Love Like a Bomb
5. The Importance of Being Idle
6. The Meaning of Soul
7. Guess God Thinks I’m Abel
8. Part of the Queue
9. Keep the Dream Alive
10. A Bell Will Ring
11. Let There Be Love

Puedes descargarlo en http://www.mininova.org/tor/37085